Los estudios que buscan el origen de la obesidad venían señalando al gen FTO como uno de los responsables de la enfermedad. Ya se han identificado hasta 75 lugares del genoma implicados en el aumento de la masa corporal, pero el cambio de sólo uno de los ladrillos básicos que componen el FTO provoca una de las mutaciones más relacionadas con la obesidad.
Ahora, con la colaboración de universidades de EE.UU, Canadá y España han descubierto que ciertas mutaciones del FTO no activan la expresión de este gen, sino la de otro situado a mil unidades de distancia, llamado IRX3.
“Nuestros datos sugieren que el gen IRX3 controla la masa corporal y regula la composición del cuerpo”, declara en un comunicado de prensa de la Universidad de Chicago el genetista Marcelo Nóbrega, uno de los autores del estudio. Y destacó: “Cualquier asociación entre FTO y la obesidad es fruto de la influencia de IRX3”.
Este trabajo que se publicó en la revista Nature, también revela que los ratones con carencias en este gen son más delgados, con una reducción del 25% al 30% en el peso corporal, debido a la pérdida de grasa blanca y un aumento de la tasa metabólica.